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Amargo momento el que volvemos a vivir. Otra vez a sufrir, otra vez a encender las velas, otra vez a recurrir a la calculadora y otra vez a bajar todos los santos para que se dé el milagro de que Honduras llegué al Mundial de Rusia 2018.
He llegado a la conclusión que al hondureño por naturaleza le gusta sufrir y más en juegos eliminatorios. De eso no me queda ninguna duda.
Empatar 1-1 ante Estados Unidos ha dolido y será una herida muy difícil de sanar.
En Honduras se vive un ambiente de tristeza y son pocos los hinchas que creen que la Bicolor conseguirá el ticket que lleva a Rusia.
Aquí el taxista, albañil, doctor, ingeniero y el dueño de la pulpería que queda frente a mi casa no quieren saber nada de fútbol y mucho menos del delantero del Barcelona B de España, Anthony Lozano, quien falló una ocasión clara de gol en el marco estadunidense.
También hay muchos que cuestionan a Jorge Luis Pinto, por los cambios que hizo en ese duelo eliminatorio.
Que te empaten al minuto 86 es cruel y más en estas instancias.
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Lágrimas de frustración
Los seleccionados de Honduras abandonaron la concentración llenos de amargura y frustración.
“Esta eliminatoria ha sido muy dolorosa, cometimos errores contra Panamá, después lo de Costa Rica, el seis a cero allá en Estados Unidos y lo del martes, muy dolorosa, ha sido sufrido esto pero no nos vamos a dar por vencidos y lucharemos hasta el final”, dijo Emilio Izaguirre antes de subirse al pájaro de acero que lo lleva con destino a Arabia Saudita para incorporarse con su equipo el Al-Fayha F.C.
De su parte, Alfredo Mejía, quien milita Xanthi F. C. de la Súper Liga de Grecia relató que en el interior del camerino hondureño se siente tensión y frustración.
“Somos humanos y sentimos, ese partido no tuvimos que haberlo empatado, hemos llorado en el camerino porque sabemos que lo teníamos controlado y al final nos hacen el empate”, contó Mejía.
Señores a encender las velas… ¿Y vos ya fuiste por la tuya?