© Sipa USA-USA TODAY Sports
Lo impensable ha ocurrido en el Campeonato Mundial de Rusia 2018, el anfitrión ante todos los pronósticos, ha dejado en el camino a la poderosa selección de España en lanzamientos penales, esto después de 120 minutos de juego, en los que concluyeron empatados a un gol por bando, los rusos dan el batacazo del torneo con esta hazaña.
Sergey Ignashevich en una desafortunada acción le dio la oportunidad a España de encaminar el cause en la forma esperada, el defensor introdujo la esférica en su propia meta, tan solo corrían 12 minutos de partido y la sensación era que los españoles golearían a los de casa y con ello les aguaría su propia fiesta, la historia fue otra.
Los rusos empujados por su gente se fueron al ataque, pero sin arrinconar al equipo rival, les complicaron, metieron esporádicamente en apuros y en una de esas jugadas, el espigado delantero Artem Dzyuba cabeceó un centro donde la mano de Gerard Pique se interpuso en la trayectoria de la pelota, el central indicó el lanzamiento penal y el mismo futbolista logró la paridad a los 41 minutos.
El resto del encuentro España estuvo encima de su rival, manejó los tiempos, creo las oportunidades, integró hombres en ataque, envió centros, intentó ingresar con paredes, con la habilidad de Isco, Ascencio, Iniesta, añadió futbolistas con gol y con todo esto la defensa de Rusia se mantuvo firme, compacta, inmune, su fortaleza mental y despliegue físico les permitió sobrevivir el vendaval, hasta llevarlo a la tanda de penales.
Andres Iniesta hizo el 1-0, Fedor Smolov lo emparejó, el siguiente penalero de España fue Gerard Pique y lo convirtió, por los rusos Sergey Ignashevich hizo lo mismo, el drama arrancó cuando el arquero Igor Akinfeev le detuvo el disparo a Koke, Aleksandr Golovin puso a ganar a los locales 3-2, Sergio Ramos tenía la obligación de anotar por España y convirtió, De Gea no pudo detener el disparo de Denis Cheryshev y a falta de dos lanzamientos penales los rusos ganaban 4-3, el arquero ruso se volvió a vestir de héroe y tapó el tiro de Iago Aspas lo que desató la celebración de los rusos, protagonistas de una sorpresa mayúscula en su mundial.