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Las expectativas cuando juega Brasil son que el equipo deslumbrará, anotará muchos goles, practicará el famoso juego bonito que enamora y que ganará los partidos principalmente, en su debut mundialista apenas le ajustó para empatar ante Suiza, equipo que aprovechó su oportunidad y con su juego físico anuló a Neymar.
Los cariocas enfrentaron este juego con una deslumbrante constelación de estrellas, por lo que a nadie sorprendió cuando se pusieron en ventaja con el gol de Coutinho, el habilidoso mediocampista se inventó un golazo a los 20 minutos, con un disparo que el meta suizo solo adornó, el tanto hizo pensar que se vendrían más anotaciones de los brasileños al abrirse más el partido, algo que no sucedió.
En la etapa de complemento Neymar se volvió la presa de los marcadores suizos, lo que limitó el funcionamiento ofensivo de Brasil, los europeos en un tiro de esquina, en el cual la zaga de los sudamericanos atacó muy mal el balón parado, lograron la paridad, en el mero corazón del área se levantó Steven Zuber y puso a celebrar a los suyos, al mismo tiempo que infundada desconcierto en su rival.
Favorito para alzarse la Copa Mundial, el equipo brasileño dejó mucho que desear en este su debut, sus figuras quedaron a deber y pese a buscarlo por diferentes vías, el tan esperado juego bonito nunca llegó, Suiza se llevó la alegría de lograr el empate, mientras Brasil deberá mejorar y muchísimo.