Lo que ocurrió anoche en Trinidad y Tobago con la selección estadounidense de futbol, podría describirse como un acontecimiento catastrófico para algunos, para otros uno de tres resultados que se pueden dar en un partido de futbol, los caribeños eliminados de la contienda vencieron 2-1 a los norteamericanos que con todo a su favor sellaron un estrepitoso cierre en las eliminatorias de la CONCACAF, la que concluyó con el equipo de las barras y las estrellas eliminado de la Copa del Mundo de Rusia 2018.
La desgracia del equipo dirigido por Bruce Arena empezó a materializarse a tan solo 17 minutos de iniciado el match, un centro al área fue conectado por Omar González; que con puntería y mala fortuna superó la estirada de Tim Howard y La Pelota besó la red por primera vez en el juego, sorpresa mayúscula, pero aun no era momento para entrar en pánico.
En el libreto de esta historia caribeña, no se contemplaba que los “soca Warriors” tomaran ventaja por dos goles; esto pese a haber realizado un sólido partido ante México como visitante en Aguascalientes, a los 37 minutos un bombazo de Alvin Jones puso a Trinidad 2-0 en el marcador y la posibilidad de ver a Estados Unidos fuera del mundial fantasmagóricamente empezó a merodear el área de CONCACAF.
Los resultados en los partidos entre Honduras-México y Costa Rica-Panamá obligaron a los estadounidenses a poner el pie en el acelerador y en el segundo minuto del complemento, la estrella de Christian Pulisic comenzó a brillar al lograr el descuento, a partir de ese momento Bruce Arena y sus hombres buscaron el empate con insistencia, pero no pudieron, les faltó sangre, vida corazón, alma, deseos, voluntad y todos los calificativos que desee agregarle.
Al final de los 90 minutos en la Batalla de la Trinidad, los estadounidenses fueron los grandes perdedores de la noche, México, Panamá y Costa Rica clasificaron al mundial, Honduras avanzó al repechaje y los soca warriors ganaron su partido y el derecho a bailar su pegajosa música soca a expensas de Estados Unidos.